sábado, 11 de septiembre de 2010

Pueblos Originarios_Rapa Nui: Resistir para existir




RAPA NUI resiste brutalidad represiva y racismo del gobierno chileno
fuente: ukhamawa@gruposyahoo.com
Alerta internacional de derechos humanos ante la brutal política indígena del Gobierno chileno del empresario Sebastian Piñera. Ministro del Interior envía tropas de Fuerzas Especiales a hacer ocupación de tierras ancestrales reclamadas por el Pueblo Rapa Nui.
Ante la decisión del Gobierno chileno, los rapa nui afirmaron. "Se acabó la negociación". Las tropas chilenas deben hacer abandono de nuestra Isla.
Brutalidad y racismo del Gobierno chileno ante los pueblos que reclaman sus derechos. Se comprueba que la derecha chilena es incapaz de respetar obligaciones de derechos humanos. Responsable de la política indígena del Gobierno el OPUS DEI Sebastian Donoso se burla del Convenio 169.

"ESTO NO LES VA A SALIR GRATIS"
La decisión del Gobierno chileno, ubicado a más de 3 mil kilometros de distancia, y separado por un oceáno de agua azul y salada, causó molestia entre miembros de la Corporación de Desarrollo de Isla de Pascua (Codeipa), lo que provocó que la mitad de sus integrantes optara por suspender el diálogo.
"Nos dijeron que pueden actuar Fuerzas Especiales (de Carabineros). Se acabó la negociación por parte nuestra. Con amenazas nosotros no podemos trabajar y detrás de nosotros están los parientes en las tomas, entonces no es posible. Si ellos actúan, vamos a la guerra porque la gente se está preparando ahora. Esto no va a ser gratis", manifestó Raúl Teao, miembro de la Codeipa.
Ayer, el gobierno elaboró una propuesta que fue entregada por mano -de parte de Celis y el gobernador Pedro Edmunds- a los casi treinta clanes Rapa Nui, que hace dos semanas iniciaron la ocupación de terrenos fiscales, demandando la reivindicación de estas tierras.
ISLA DE PASCUA BAJO OCUPACION MILITAR
El documento, firmado por el vicepresidente Rodrigo Hinzpeter, propone la creación de una mesa de trabajo integrada por los ministerios de Interior, Secretaría General de la Presidencia, Planificación y Bienes Nacionales y las agrupaciones representativas de Rapa Nui, para buscar solución a los temas de las tierras, el estatuto especial de la isla y la regulación de la migración. Además, establece un plazo de 60 días para que la mesa entregue alternativas de solución a los tres temas.
Sin embargo, la propuesta establece que sólo se estudiarán soluciones para las familias que depongan las movilizaciones y en caso que no ejerzan nuevas medidas de presión. "Le hemos pedido a la gente que haga abandono de los terrenos, esperamos que eso ocurra (...) pero nosotros vamos a hacer uso de la fuerza pública en el mismo momento en que se quebrante el estado de derecho", dijo Celis.
LOS DERECHOS RAPA NUI Y LA DES-COLONIZACION
El Estado de Chile anexó la isla en 1888 en un acto de piratería y se declaró soberano sobre el territorio y propietario de todas las tierras, desconociendo Tratados y derechos, sometiendo al pueblo rapa nui a un régimen colonial.
En pleno Bicentenario el pueblo Rapa Nui reclama sus derechos.
El pueblo Rapa Nui jamás renunció a la propiedad sobre sus tierras, y jamás ha dejado de ser el propietario de las mismas, y soberano de su Isla, de acuerdo al derecho internacional de los derechos humanos, a la Convención Americana de Derechos Humanos y el Convenio 169 de la OIT.

El envío de tropas de Fuerzas Especiales le resta toda autoridad al estado de Chile, poniendo de manifiesto el régimen de sometimiento colonial.
Con la decisión de militarizar Isla de Pascua, el estado de Chile se expone a que se exija la aplicación de las resoluciones de des-colonización, por no ser capaz de garantizar los derechos humanos del pueblo anexado.

La descolonización de un territorio puede adoptar diversas formas de acuerdo a lo que resuelva el pueblo respectivo: independencia completa, libre asociación a otro estado más respetuoso, régimen de autonomía libremente pactado.
Para la descolonización se necesitan dos requisitos: que el territorio no independiente esté separado por "aguas azules y saladas", respecto al estado ocupante: Isla de Pascua se sitúa en la Polinesia a más de 3 mil kilometros de distancia.
El otro requisito lo acaba de poner el Gobierno chileno de Piñera: la negación de derechos y represión.
¿Orgulloso de ser chileno?


El despertar Rapa Nui
En un mes, una decena de familias de Rapa Nui, Isla de Pascua, han ocupado 35 terrenos, la mayoría fiscales, exigiendo su devolución y generándole al gobierno de Sebastian Piñera un escenario similar al del País Mapuche. ¿Quiénes son? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar? ¿Cuáles son sus historias?
FRANCISCO TORREALBA  -  HANGA ROA, ISLA DE PASCUA  - 22 / 08 / 10
"Nua, ya es hora". La madrugada del 27 de julio, Mutta Heronui Hey Tuki entró a la pieza de su tía abuela, Ana Lola Tuki, de 84 años, y la despertó. Se subieron a su camioneta y recorrieron en sólo dos minutos las pocas cuadras que hay entre su casa y la oficina del Ministerio de Bienes Nacionales en el centro de Hanga Roa, la capital de Rapa Nui o Isla de Pascua. Al frente, los carabineros que custodiaban la Gobernación cambiaban la guardia. No pudieron ver como Mutta y su anciana acompañante entraron a la pequeña oficina de madera. De una patada Mutta abrió la puerta, rápidamente entró frazadas, colchones, comida y una imagen de la virgen. Llegaban para quedarse.
Con la luz del sol, el resto de los cerca de 4 mil habitantes de la isla vio como en el portón de Bienes Nacionales flameaba una pequeña bandera de Rapa Nui, símbolo de las tomas u ocupaciones y que hoy, a casi un mes, se agitan con fuerza en unos 35 terrenos a lo largo de toda la isla. Museos, las oficinas del BancoEstado, de Entel, la Municipalidad, el Registro Civil, dependencias del Ministerio de Obras Públicas, Sernatur, Extranjería, casas particulares, el lujoso Hotel Hanga Roa y hasta en la pista de aterrizaje del aeropuerto Mataveri cuelgan banderas con leyendas que exigen la devolución de los terrenos.
Mutta Hey dice que venía preparándose hace años para esto. Que se aburrió de los abusos del continente y que quiere recuperar para su bisabuela los terrenos que alguna vez fueron de su tatarabuelo Tuko Tuki, el fallecido patriarca del clan. "El Gobierno chileno siempre nos ha discriminado. Dicen que somos ignorantes, que somos flojos, que somos indios. Bueno, nos aburrimos de eso, si ahora quieren conversar que vengan para acá, que den la cara",  dice Hey en una de las oficinas donde funcionaba la repartición gubernamental y que ahora es un improvisado dormitorio.
Una cuadra más allá de la ocupación de Hey, están los Riroroco Pakarati. Ellos se tomaron una de las plazas del barrio cívico de Hanga Roa. Tai, la vocera del clan, cuenta que sólo tres horas se demoraron en levantar la cabaña que los protege de las intermitentes, pero intensas lluvias que por estos días hay en la isla. Con el busto de Policarpo Toro -el marino que en 1888 anexó la isla a Chile- que adorna la plaza detrás suyo, Tai Riroroco simplifica todo. " A esta altura estoy esperando que me desalojen. Yo sé que una vez más no nos van a escuchar. Pero si nos desalojan, vamos a usar la fuerza. Yo estoy dispuesta a morir por mi tierra", señala enfática.
La revuelta tiene completamente agitada la apacible vida en la isla. En un mes han viajado tres subsecretarios, el intendente de Valparaíso -región de la cual depende administrativamente Rapa Nui-, renunció el gobernador Pedro Edmunds, se reforzó el contingente de carabineros y, según autoridades locales, se han cancelado algunas reservaciones de turistas extranjeros, los que en todo caso, más allá de sorprenderse con las banderas, casi no se dan por enterados de lo que ocurre.
Lo que más preocupa, como lo reconoce el gobernador interino Jaime Miranda, es el nivel de coordinación que han mostrado las distintas familias y que anticipa una difícil y lenta resolución del conflicto. Por ejemplo, cada vez que aumenta el número de carabineros cerca de algunos terrenos ocupados, inmediatamente los isleños se comunican por radio o celular y a los segundos aparecen cuatro o cinco camionetas con, al menos, seis hombres y un par más a caballo con tenida militar y bototos, personajes que los rapanui conocen como Yorgos. No hay violencia, ni siquiera un cruce de palabras, pero el silencio lo dice todo.
Miranda aporta otro antecedente. Dice que han detectado al menos dos miembros de las tomas que habrían estado en la zona mapuche y que habrían replicado en la isla algunas tácticas para la ocupación de terrenos. "Incluso no descartamos -dice Miranda- la presencia de activistas". "Lo que pasa acá es más simple: primera vez en nuestra historia que los isleños nos unimos", dice Hey, descartando ayuda desde la Araucanía, mientras al frente, en la plaza de la Gobernación, se comienzan a reunir los miembros del Parlamento de Rapa Nui.
"Zona cero"
"Para el conocimiento internacional, Rapa Nui jamás entregó ni cedió la soberanía a Chile". Escrito con pintura negra en una pizarra blanca, el cartel aparece en la calle Atamu Tekena, la principal de la isla y paso obligado de los cerca de 60 mil turistas que llegan cada año a conocer los moáis. El letrero está al costado de la sede del autoproclamado y autoconvocado Parlamento de Rapa Nui, instancia formada en 2009 por miembros de algunos de los principales clanes de la isla.
Por estos días, eso sí, la sede está vacía. El centro de operaciones está en la plaza de la Gobernación, que tienen tomada desde el 16 de abril, cuando, a diferencia de las demás ocupaciones, llegaron para exigir cambios en el estatuto administrativo de la isla y aumentar el control migratorio. Como ahí mismo hay otras tomas y está la de Mutta Hey, que fue la que impulsó a las demás familias a hacer lo mismo, los isleños del continente llaman al lugar la "Zona cero".
Es allí donde, mientras dos DVD tocan música anglo de los 60 en dos televisores distintos -uno de ellos LCD-, Leviante Araki, presidente del Parlamento Rapa Nui, termina de enrollar un cigarrillo de marihuana. Se sienta en una silla de plástico roja con el logo de Coca Cola. Viste pantalones de camuflaje, una chaqueta verde y luce una larga barba. Se hace acompañar por su ministro de Tierras y Colonización, Santiago Tepano, todo un prócer en Pascua, ya que es hijo de Juan Tepano, el último cacique de la isla. También está Inés Teave, vicepresidenta del Parlamento, además de un miembro de la Comisión de Justicia, al que no le agradan los continentales, así es que se sube a su moto y se va.
Araki asegura estar en sus terrenos, los de sus antepasados. Para ser más preciso, los de su abuelo Tuko Tuki. No habla, más bien grita. A un costado, una cocinilla con una tetera tiznada como un carbón hierve a más no poder, tanto que se derrama el agua. Araki se enoja y en rapanui ordena que apaguen el fuego. Le da una bocanada a su cigarrillo, mientras a sólo metros pasa un furgón con carabineros que van a reunirse con el gobernador interino. Araki ni se inmuta. Lleva cuatro meses viviendo en la choza que levantó en la plaza de la Gobernación.
El fuerte viento que sopla todo el día en la isla le apaga su cigarrillo. Se vuelve a enojar. Lo prende y comienza un relato que abarca más de 400 años de historia y que termina en una sola conclusión, que suena más bien a advertencia. "Toda esta tierra que tú ves "conti", es nuestra, de los rapanui, así es que si el Gobierno nos viene a sacar por la fuerza, nosotros los vamos a sacar a ellos y nos vamos a Oceanía, donde sí se respeta a la etnia", dice y, de paso, culpa al ex gobernador Pedro Edmunds de no haber escuchado a las familias.
Caudillo caído
Pedro Edmunds sale de su ferretería que está al lado del aeropuerto, y en las cinco cuadras que recorre en su camioneta hasta un café, lo saluda casi todo el mundo. Él devuelve las gentilezas y sonríe. "La gente me tiene cariño, les dolió que renunciara, pero lo hice por la isla", dice Edmunds sobre su salida de la gobernación gatillada por el conflicto. Toma su café cortado. A diferencia de la mayoría de los isleños, usa el pelo bien corto. Los cerca de 22 grados que en ese momento hay en la isla son ideales para su polera marca Polo. Edmunds usa iPhone. Hace el típico gesto con el índice hacia la derecha por sobre la pantalla del teléfono. Contesta, habla un par de segundos, cuelga y explica preocupado su visión de lo que pasa en Rapa Nui.
"Acá hay reclamos que son justos. Es verdad que hubo personas, analfabetas, de las que se aprovecharon para quitarles sus tierras. Eso hay que solucionarlo. Pero lo peligroso es que se puede abrir una puerta que va ser imposible de cerrar. Acá hay sinvergüenzas, porque eso es lo que son, que se están aprovechando. En esos casos, el Gobierno va tener que decir 'no ha lugar'", señala. A lo que apunta Edmunds, es que tal como lo reconocen las autoridades vigentes, el problema para el Gobierno está en encontrar una fórmula que permita abordar los casos que tienen sustento -ya hay una comisión que está trabajando para recopilar los antecedentes- y separarlos de aquellos que se aprovecharon de la coyuntura.
Las autoridades locales temen que si aceptan las demandas de todos los que han ocupado terrenos, más adelante pueden aparecer otras familias, exigiendo nuevas reivindicaciones. Y como hasta mediados de 1800 en la isla -a diferencia de hoy que sólo está habitada en Hanga Roa- había 38 tribus que la ocupaban en su totalidad, pueden surgir voces que aleguen que lugares de alto valor turístico y patrimonial como la playa de Anakena o la zona del volcán Rano Raroku -donde se fabricaban los moáis- pertenecían a sus ancestros.
Edmunds fue de los pocos funcionarios públicos ex Concertación que el Presidente Sebastián Piñera logró fichar en cargos de importancia. Como militante DC fue alcalde de la isla por 16 años hasta 2008. Su pasado político le trajo sus primeros enemigos, ya que los líderes de la Alianza de la isla no le perdonaron a Piñera que no haya buscado entre sus filas a su representante en el ombligo del mundo. Edmunds prefiere no entrar en el tema y se entusiasma al hablar de su sueño de crear una fundación que cautele la sustentabilidad ecológica de la isla. Cree que Rapa Nui debe ser como las Islas Galápagos o como Fernando de Noroña, donde se restringe el acceso a los turistas y hay un plan de cuidado del entorno.
Aunque resulte sorprendente, pese a que en 1995 la UNESCO designó a la isla como Patrimonio de la Humanidad, en Rapa Nui no hay un vertedero para procesar los desechos y sólo funciona un botadero casi clandestino, al que, además de decenas de perros vagos, basura y escombros de todo tipo, llegan residuos tóxicos como las baterías de los autos. Tampoco hay alcantarillado y menos una planta de tratamiento de aguas servidas, por lo que se teme que en un plazo no muy lejano se contaminen las napas de aguas subterráneas, de donde se saca el agua potable de la isla.
El "Hito" Hanga Roa
Tal como Edmunds tiene numerosos seguidores, también tiene muchos detractores. Entre ellos, algunos miembros de la familia Hito, quienes desde el 31 de julio ocupan el Hotel Hanga Roa, uno de los más lujosos de la isla, con fecha de inauguración para el verano. A Edmunds lo acusan de haber avalado la construcción "ilegal" del hotel, e incluso, aseguran en la familia Hito, se asoció con la familia Schiess -propietaria del hotel- y sería el dueño del restaurante del complejo.
Los Hito, a través de su vocera Marisol Hito, una rapanui que vivió 25 años en el norte de Chile, no se andan con rodeos: quieren que les devuelvan el terreno donde está emplazado el hotel. El lugar no es cualquiera. Está en la avenida Pont, una especie de costanera de Hanga Roa. Tiene una vista paradisíaca del mar y está lo suficientemente cerca del pueblo como para que sus pasajeros pueden visitarlo, pero lo suficientemente lejos como para gozar de una tranquilidad absoluta.
Hasta allí tiene que ir Leviante Araki. Tiene programada una reunión con los Hito para coordinarse. Araki va en uno de los autos en los que se mueve en la isla. Es un pequeño Kia Morning color azul metálico con sus asientos forrados en telas con dibujos polinesios. Araki fuma otro cigarrillo, esta vez es de tabaco, y conversa en rapanui con el piloto, otro miembro del Parlamento. A un costado las olas golpean furiosas el borde costero, salpicando uno de los moáis que hay en el trayecto. En la radio suena un CD de George Michael con la canción "Don't let the sun go down on me". Araki tararea algunas sílabas.
La conversación entre Araki y los Hito es breve. Unas pocas palabras y Araki se va. Los Hito están en el lobby. Ahí también están sus colchonetas, al lado de sillones hechos con maderas milenarias traídas del sur de Chile y tapados con cojines de pluma de ganso silvestre. Al fondo se ve una de las piscinas que pareciera proyectarse sobre el mar. Toda la inversión ha significado ya unos 50 millones de dólares y hoy, por la toma, está parada.
Marisol Hito reclama que su abuela, Verónica Hito, señora de Ricardo Hito, fue estafada por el Gobierno, específicamente la Corfo. Su versión -el hotel se excusó de dar la suya- es más o menos así: se supone que en 1969 Verónica le cedió los terrenos a la Corfo a cambio de la construcción de una casa y con el compromiso de que cuando ella falleciera debían devolvérselos para que se los heredara a su familia. Eso no habría ocurrido y en 1979 la Corfo le vende los terrenos a un particular: Hugo Salas, quien a su vez le vende en 1990 a la hotelera Panamericana, grupo que tras asociarse con la familia Schiess le traspasa el resto de la propiedad, transformándola en los actuales dueños.
El principal argumento del clan Hito es que la Ley Indígena y las normas que regulan traspasos de tierra sólo permiten la venta entre rapanuis, por lo que la venta de la Corfo a Salas estaría viciada. También los traspasos posteriores. "Nosotros no nos vamos de acá. El ministro Hinzpeter propuso una mesa de trabajo con resultados en 60 días, pero con la condición de que dejáramos la ocupación de nuestros terrenos, y eso no lo vamos aceptar. Si quieren conversar, que vengan, porque si dejamos la ocupación no nos van a solucionar nada, nos van a engañar como siempre", dice Marisol, mientras su tía prepara los colchones para dormir. Mañana será otro día de toma.
* Gentileza Revista El Sábado
 

Rapa Nui: Crónica de un genocidio anunciado
Escrito Por Alonso Barros   
9 de agosto de 2010


 El escalamiento de la violencia en rapa nui que anuncia la prensa, es directa responsabilidad del estado chileno, y amerita una explicación que no sea sesgada. el tema de fondo es la propiedad de la tierra en la isla.

Para los que trabajamos en defensa de los derechos humanos de los pueblos e individuos indígenas, es evidente que el Estado chileno incumple sus obligaciones legales nacionales e internacionales en materia de restitución de tierras. La medida extrema del parlamento de Rapa Nui, que amenaza declarar su independencia, es perfectamente justificada, como reacción a la demora culpable y genocida del Estado, que no ha regularizado la propiedad Rapa Nui mediante la entrega de los papeles sobre los terrenos catastrados por el Ministerio de Bienes Nacionales hace 11 años (15 años en el caso atacameños que conozco mejor).
Es lamentable además de ridículo que la prensa chilena haga eco de versiones oficialistas al hablar de "tomas ilegales" y de "propiedad fiscal sobre 86% de la isla". Sostener que el Estado chileno es dueño preeminente de los predios superficiales de Rapa Nui es totalitario y genocida, además de aberrante desde el punto de vista jurídico, del derecho civil. Chile sin duda ejerce soberanía sobre la isla, atributo de derecho internacional reconocido por los Estados independientes; pero ¿en virtud de qué derecho se considera el Estado chileno dueño de los predios superficiales, para comportarse luego como un vulgar hacendado?
En Rapa Nui, el Estado se comporta como un latifundista usurpador de tierras, porque no tiene un título de propiedad legítimo. Se hace pasar por dueño a través de una ficción jurídica insostenible que se basa en nociones retrógradas de conquista y anexión, que por lo demás y en ningún caso, pueden fundamentar la propiedad privada sobre la tierra.
La propiedad rapanui, al igual que cualquier otra propiedad, no es un derecho que emane o deba emanar  de la autoridad. Al igual que la propiedad de los otros pueblos indígenas en Chile, la propiedad rapanui se basa en el derecho propio y universal. Por siglos, esta propiedad ha sido discriminada y desestimada con argumentos racistas por intereses venales asociados al Estado. Por una parte, esto atenta contra el derecho a la igualdad y el respeto a la libertad en el trato con los pueblos indígenas. Es más, la propiedad indígena en general y Rapa Nui en particular, constituyen un límite a la soberanía estatal conforme a nuestro ordenamiento constitucional (Art. 5), y con mayor razón tras la entrada en vigencia del Convenio 169 de la OIT como Ley de la República el 15 de Septiembre del año 2009.
Numerosos fallos de la justicia chilena han venido reconociendo lo que vengo señalando, con un mismo criterio en diferentes regiones. ¿Por qué es tan tozudo el poder ejecutivo? ¿Por qué sigue manteniendo el Estado chileno la mentira de que es dueño de 86% de los predios en Rapa Nui? ¿Qué le impide hacer entrega de los papeles a inscribir en el Conservador de Bienes Raíces, que le den a los rapanui la justa y segura posesión a que tienen derecho, como a cualquier otro chileno?
Las últimas y preocupantes informaciones disponibles señalan que el Ministro del Interior Hinzpeter ha dispuesto el envío de Fuerzas Especiales para desalojar a los que mantienen "tomas ilegales" en la Isla. Para cualquier observador imparcial resulta sorprendente que alguien que por su origen judío debiera tener una sensibilidad especial en materia de crímenes de lesa humanidad, se preste, por el contrario, para ordenar acciones que atentan contra los derechos humanos del pueblo Rapa Nui, y nada menos que en lo referente a un derecho que es esencial a su condición de tal pueblo: la propiedad sobre su territorio, tierras y recursos naturales.
Nada le cuesta al Estado entregar, por fin, los papeles sobre las tierras que le pertenecen. Lo mismo digo para el caso de los pueblos Atacameño, Aymara, Colla, Diaguita, Quechua y Mapuche.
Por eso, Sr. Piñera, ordene Ud. a la Ministra de Bienes Nacionales, Sra. Parot, entregar los papeles que legalmente reclaman los pueblos indígenas sobre sus tierras catastradas hace décadas (tierras colectivas e individuales). Solo queda firmar e inscribir, y mientras,  no seguir regalando y vendiendo los "grandes territorios" a vil precio (www.bienes.cl ). Basta de quitas y esperas, no empujen más el conflicto. Y Ud. Sr. Ministro Hinzpeter, por favor demuestre más respeto a la memoria de los inocentes sacrificados en los campos de concentración alemanes. No se convierta Ud. en verdugo del digno y sufrido pueblo Rapa Nui. No alimente la crónica de este genocidio largamente anunciado. Los crímenes de lesa humanidad que Ud. ordene recaerán sobre su conciencia, pero su responsabilidad podría además ser perseguida ante la Corte Penal Internacional.
Alonso Barros 
Abogado (PUC),  Ph. D.  (U. de Cambridge)
Investigador Asociado - Universidad Católica del Norte - San Pedro de Atacama
Miembro de la Sociedad de Antropología Legal Moderna - Escuela de Economía de Londres


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