Compartimos con ustedes esta nota/opinión de George Sam sobre como minera Collahuasi compra silencio en los medios de comunicación iquiqueños, a propósito del reciente movimiento sindical de los contratistas de dicha empresa y la represión que sufrieron por parte del gobierno.
Un viejo, pero nuevo amigo, me invitó a participar en un proyecto que propone la irreverencia con la fuerza del “Sol”. Entonces pensé que era interesante escribir como una forma de protesta, en esta urbe donde nadie se atreve a decir “verdades”, que están ocultas en un sistema que castiga la irreverencia. Donde el señor dinero, amante eterno de la política, manda.
Un viejo, pero nuevo amigo, me invitó a participar en un proyecto que propone la irreverencia con la fuerza del “Sol”. Entonces pensé que era interesante escribir como una forma de protesta, en esta urbe donde nadie se atreve a decir “verdades”, que están ocultas en un sistema que castiga la irreverencia. Donde el señor dinero, amante eterno de la política, manda.
“¡Ten cuidado con lo que escribes, las mineras pagan!”, dicen los esclavos del sistema, conscientes de que el acuífero del Tamarugal está siendo prácticamente devastado por la extracción indiscriminada del agua.
Agua, esa palabra, elemento vital que habita escasamente en el desierto más árido del planeta. Esa agua que alimenta las quebradas y nutre la poca tierra fértil del altiplano. Ahí, es donde se esconden los dueños de la hipocresía institucional. Ahí están con su engranaje comercial, a cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Agua, esa palabra, elemento vital que habita escasamente en el desierto más árido del planeta. Esa agua que alimenta las quebradas y nutre la poca tierra fértil del altiplano. Ahí, es donde se esconden los dueños de la hipocresía institucional. Ahí están con su engranaje comercial, a cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Las mineras, que con sus campañas públicas y mecenazgos a destajo, tratan de ocultar su verdad. Silencioso es el actuar infiltrándose en organizaciones sociales, gremiales y cuanto grupo comunitario exista en la región. Les aprueban proyectos, cerrando toda posibilidad de cuestionamiento y protesta, sólo con un par de sucios pesos. Se relacionan con la comunidad para engañarla y sobornarla. Con una actitud hipócrita, ya que los fondos que invierten en la región para relaciones públicas, los descuentas de los impuestos, por la famosa ley Valdez.
En otras palabras, roban el agua y nosotros mismos pagamos en soborno, que entregan, por el silencio de todos. Autoridades gubernamentales, medios de comunicación, empresas y cuanto grupo exista.
Por eso un espacio como “El Sol” invita a decir las verdades irreverentes de este sistema, expresándo libremente la defensa de nuestro acuífero, sino tendremos la misma suerte del acuífero de Copiapó que, según un estudio encargado por el nuevo gobierno a una consultora extranjera, arrojó como resultado que el acuífero mencionado poseía su reserva de agua agotada.
Por eso un espacio como “El Sol” invita a decir las verdades irreverentes de este sistema, expresándo libremente la defensa de nuestro acuífero, sino tendremos la misma suerte del acuífero de Copiapó que, según un estudio encargado por el nuevo gobierno a una consultora extranjera, arrojó como resultado que el acuífero mencionado poseía su reserva de agua agotada.
Ahora me despido esperando que puedan reflexionar y quizás “El Sol” despierte alguna que otra conciencia y al igual que la farandulera película “Matrix”, podamos despertar y ver la “verdad”,
transformándonos en “Neos”, pero no liberales, sino más bien contestatarios.
George Sam
Publicación original: www.elsoldeiquique.cl
transformándonos en “Neos”, pero no liberales, sino más bien contestatarios.
George Sam
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